Estoy mucho mejor

La primera novela que leí escrita por Foenkinos me la recomendó una amiga cuando era mi profesora en la maestría. La Delicadeza era conocida como la novela que había arrasado con premios literarios en Europa y el mundo entero, una historia de amor y duelo bastante honesta.

Después encontré en la biblioteca de la Universidad Nacional otro título del mismo autor, Lennon, en la que Foenkinos sienta al ex beatle con un psicoanalista en una suerte de biografía novelada. En ambos libros encontré a un escritor para recomendarle a esas personas que siempre piden nombres “distintos” y poder leer algo “nuevo”.

El libro del que quiero hablar se me apareció en una Filbo (Feria Internacional del Libro de Bogotá) y me llamaron la atención su portada y el título, posiblemente no andaba muy bien por esos días (aunque la Filbo está muy bien, no es ExpoVinos); me percaté de que se trataba otra vez de Foenkinos, así que compré el libro y pasaron cinco años antes de que me decidiera a leerlo, incluso compré una copia y se la regalé a ciegas a una amiga muy querida… Por suerte el libro resultó estar muy bien.

Un hombre sin nombre lleva la vida normal de la burguesía francesa nacida en los años setenta del siglo pasado: una carrera de arquitecto con un trabajo estable, un matrimonio y dos hijos que de alguna manera cortaron con su juventud. Ahora, después de que los hijos dejaron el nido, este hombre siente un fuerte dolor de espalda que rompe con la monotonía de sus días suburbanos. La causa del dolor es desconocida.

No voy a engañarles, como todas las historias esta también es una historia de amor. Acompañaremos a este hombre sin nombre durante toda su agonía, le veremos en su desesperación ante la falta de un diagnóstico acertado, de consulta en consulta, de especialista en especialista y paraespecialistas (¿acaso pseudoespecialistas?); presenciaremos con precisión el final de su vida como la conoce (algo característico de la buena narrativa, ahorrarnos el relleno o los prolegómenos).

El dolor en la espalda aumenta, el dolor en la espalda disminuye. Así es la vida, una montaña rusa diseñada por una persona loquilla o bastante sádica. El título es premonitorio, al final de las 334 páginas el hombre sin nombre estará mucho mejor y uno como lector también, siempre y cuando haya sabido acompañarle en su viaje de una forma sincera (la empatía es algo característico de la buena lectura y los buenos lectores).

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