La última puesta en escena

Es más común de lo que pueda pensarse. En el salón de clase, el profesor pregunta “¿Quién ha sentido el deseo de fingir su muerte y empezar de nuevo en otra parte?”. La clase, una mezcla de pubertos que no pasan de los 20 años, se convierte en un campo de brazos levantados, para sorpresa del profesor.

Sobre la escritura

«No entiendo a esa gente que le teme a la página en blanco. Si tanto los tortura escribir, no lo hagan…». Algo así dijo Martín Kohan en un taller de literatura, una mañana fría en Bogotá.