Sin embargo, el espíritu nómada permanece en nuestros corazones de homo sapiens. Saber qué hay más allá, descubrir nuevos caminos, nuevas gentes, nuevos sonidos, nuevas formas de comer, de reír, de amar.
Cualquier razón es válida porque todos los contextos de las personas son diferentes. Como migrante, quiero dejar aquí una pequeña lista a quien pueda interesar, de lo que he aprendido de mi caso personal.
1. La guerra
¿Ha despertado con la sensación de que su país se encuentra en un momento de violencia inmanejable? La sensación puede ser real y evidente, es el caso de países que afrontan guerras de momento o perpetuas: piense en Ucrania, Siria, Colombia, Afganistán, etc. Si usted no está sosteniendo las armas y es en cambio el blanco fácil de las armas de los demás, es un buen momento de pensar en irse, antes de convertirse en un número más de la lista de víctimas del conflicto.
2. La economía
“El capitalismo ganó”, le dicen a Austin Powers después de despertarlo de su sueño criogénico. A mí no me gusta, pero vivimos en un mundo regido por lo que diga la banca. Si su moneda se desploma, si la hiperinflación lo tiene encendiendo la fogata con fajos de billetes como sucedió en Alemania después de la primera guerra mundial, o en Argentina empezando el siglo XXI, o en Venezuela hace una década, etc. Tome sus objetos de valor y empiece a ordenarlos en una maleta.
3. El trabajo
Antes de que la economía se desplome o sin necesidad de que en su barrio haya tanques patrullando y destruyéndolo todo, puede que lo que usted sepa hacer o aquello que estudió tenga una alta demanda en otra parte. Si le van a pagar más y mejor por trabajar en otra parte, basta hacer cuentas reales en Excel para tomar la decisión de irse a trabajar a otra parte.
Casi toda Irlanda migró a Estados Unidos a construir ciudades como Nueva York cuando fue imposible tener buenas cosechas en la isla. Actualmente, cientos de miles de ingenieros van todos los años a terminar de succionar el petróleo de los Emiratos Árabes o de Arabia Saudita. De modo que, si funciona para usted, por qué no.
4. Educación
Sí, a pesar de la Internet y las miles de campañas que buscan desacreditar el sistema educativo universitario (con y sin razón). Cientos de miles de personas siguen cambiando de residencia porque buscan una “mejor educación” en otra parte. Las universidades más grandes del mundo ofrecen becas a personas de excelencia académica, destacados deportistas o artistas talentosos. Además, y no es pecado mencionarlo, los países colonizadores ofrecen becas a sus países colonizados, esperando resarcir con eso los años de guerras, crisis económicas y laborales que pudieron ocasionar.
Si te van a pagar por estudiar, deberías hacerlo, estar becado en tu vida adulta es lo más cercano a ser niño en un hogar privilegiado. Siempre estará la opción de quedarse y hacer una vida en un lugar mejor, o volver con un diploma entintado a mano sobre un cartón blanco a un lugar donde todavía mandan a enmarcar los cartones blancos y los admiran.
5. El medio ambiente
El cuento es más o menos así, para no volver esto un panfleto. Los países desarrollados se han desarrollado a punta de ir a países en vías de desarrollo a ayudarles a extraer toda clase de minerales valiosos (petróleo, oro, coltán, carbón, etc.). Por el camino, mientras se llenan los bolsillos de dinero y las reservas de barriles, dejan a su paso (además de problemas en los ítems 1 y 2 de esta lista) una senda de agua contaminada con mercurio y cianuro, selvas y bosques arrasados, páramos y ríos totalmente secos.
El promedio de vida de una persona sana es de 80 años en condiciones normales. Si el pedazo que usted ocupa sobre el planeta se vuelve inviable, no está de más pensar e intentar cambiarse de domicilio.
6. Calidad de vida
Aunque existan algunos indicadores para medir la calidad de vida (en los que entran los cinco ítems anteriores en esta lista), todo dependerá al final del punto de vista de cada uno. En mi caso, para poner un ejemplo, en mi madre patria, la única constante que encontraba siempre era el miedo, miedo a que me echaran del trabajo y tuviera que vivir en la indigencia, miedo a que me mataran en medio de un atraco, miedo a que me secuestraran y me mataran por darse cuenta de que habían secuestrado a un pobre, miedo a la guerra y al colapso de la economía…
Ahora el único miedo que me asiste es el de tener que devolverme.
7. El amor
No todo es tragedia, también hay dramas románticos… y comedias. Vivimos en la era de las redes sociales y las aplicaciones de citas. Desde Facebook hasta Bumble, los humanos encontramos en Internet, formas digitales de encontrarnos, de hablarnos, de contarnos historias y convencernos.
Dejarlo todo porque en un mundo de 8 billones de personas usted encontró a una que se lo aguante cuando ronca por las noches tiene sentido. De hecho, tiene mucho sentido y es una de las razones más hippies que puedan existir para migrar: hacer el amor y no la guerra.
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Todas las razones requieren de un análisis sesudo. La realidad es que vivimos sobre una roca que está en constante movimiento. El tiempo de vida de una persona es limitado. La Tierra, nuestra roca viajera, es increíblemente grande, incluso para los 8 billones de humanos que la habitan. Moverse o quedarse quieto, cualquier opción es válida, nuestra roca seguirá viajando a 30Km/s por el cosmos.
**Esta nota fue publicada originalmente en Medium.