La iluminación de Katzuo Nakamatsu

Este libro fue escrito por Augusto Higa Oshiro, publicado por la editorial San Marcos, una editorial tan limeña (Perú) como limeño es el autor.

¿Cómo llegué al libro?

Hace años que mi hermana no está con nosotros, se fue a un lugar mejor: Australia. Durante la pandemia he pasado mucho tiempo en la casa de mis padres y he dormido en su habitación (en su habitación de ella como dirían en México).

Mi hermana tiene muchas cualidades, una de ellas es escoger buenos libros. El libro que hoy me ocupa lo saqué de su biblioteca. La lectura y la escritura me han ayudado a mantener la cordura durante los 100 días de encierro.

¿Cuál es la gracia del libro?

Dos puntos que me fascinaron del libro y son complementarios: el lenguaje, la construcción de las oraciones tiene un cuidado y una precisión envidiables, un vocabulario que sin ser barroco exige al lector y le obliga a enriquecer su léxico para construir las imágenes que propone; el segundo, es una nouvelle (en esta edición el relato tiene 127 páginas), da esperanza a los lectores de corto aliento y no deja que la densidad de algunos pasajes abran la puerta al aburrimiento.

(Cada quien se acerca a la lectura como le place, en mi caso, por más amor que le tengo al lenguaje, si el libro no me entretiene, corre el riesgo de no ser leído. Hay muchos libros hermosos y entretenidos esperando por un lector).

En segundo lugar, el punto de vista de un nikkei, palabra usada para hablar de un japonés que vive o nació fuera de las islas de Japón. El narrador y el protagonista de este libro son nikkei. Esta, sin duda, es la mayor gracia de esta historia, que muestra la voz y la vida de Katzuo Nakamatsu, desterrado en sí mismo, extranjero en su patria, el Perú.

¿Por qué leer el libro?

Esta nouvelle propone temas que siempre han estado dentro de mi lista de pequeñas obsesiones: la identidad, la migración, el desarraigo. Los primeros japoneses llegaron a Perú en una misión, pero se encontraron con la selva amazónica, los desiertos australes y la cordillera andina.

Al Perú de los incas, hijos del Sol, despojados de sus poderes por las espadas del invasor europeo; de poblaciones de criollos católicos despreciados en el viejo continente; de africanos secuestrados por portugueses, holandeses e ingleses para trabajar como esclavos; del maíz, la papa, el soroche y la malaria, se sumaron los hijos del Sol naciente.

Los nikkei actuales vieron a uno de los suyos en la presidencia de la república, pero la soledad que narra Augusto Higa en su libro, es la de la primera y segunda generación de migrantes. Su soledad y su locura, se asemejan a la de los colonos que llegaron a Marte en el libro de Ray Bradbury. Quizás, debido a esa soledad y esa locura, al personaje principal, Katzuo Nakmatsu, le asiste una inevitable atracción por la muerte.

Nota final

Durante mi niñez, en Colombia, a la antena parabólica le llamábamos “perubólica” porque los mejores canales eran Global, Frecuencia 2 (que luego pasó a llamarse “Latina”), Panamericana y América TV… No obstante, el hecho de que el presidente peruano tuviera cara de japonés y apellido de japonés (y le apodaran “El chino”) nunca despertó mi curiosidad acerca de los nikkei en 1990 (supongo que estaba muy distraído viendo Nubeluz), en cambio el libro de Higa Oshiro sembró en mí el interés por el tópico, una migración que no fue exclusiva de Perú en América Latina.

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